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[Colaboración] Chocolates Artesanos Isabel y The Cocoa Forge
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En el corazón de Alcorisa, un pequeño pueblo de Teruel, se encuentra Chocolates Artesanos Isabel , una empresa que ha revolucionado el mundo del chocolate artesanal en España. Fundada por Isabel Félez, esta chocolatería destaca por su compromiso con la calidad, la sostenibilidad y el comercio justo. Desde sus inicios en 1997, Isabel ha seguido una filosofía clara: elaborar chocolate desde el grano de cacao ( del grano a la tableta ), preservando la pureza del producto y garantizando un proceso ético y responsable.
Chocolates Artesanos Isabel no solo es un referente en la producción de chocolate orgánico y de comercio justo, sino también pionero en innovación dentro del sector. Sus productos combinan ingredientes de alta calidad con técnicas artesanales que realzan la riqueza del cacao. Cada bombón, cada tableta, cada crema para untar, y los innumerables formatos que completan su extenso catálogo, son el resultado de un meticuloso proceso que transforma el cacao en una experiencia gastronómica única.
En esta colaboración, me adentro en el mundo del chocolate negro, explorando su profundidad, intensidad y capacidad para evocar emociones. La obra de arte , fruto de esta experiencia, refleja ese proceso: una semilla de cacao en germinación, un taller artesanal donde el chocolate cobra vida y una explosión de color que rinde homenaje a la diversidad de bombones y tabletas que han inspirado esta creación.
El fuego que da forma: del cacao a la creación
El chocolate, como el metal en la mitología griega, requiere fuego, transformación y dedicación para alcanzar su forma final. Hefesto, dios de la forja, fue el maestro de la creación a través del fuego, moldeando armas y joyas con una precisión inigualable. En Chocolates Artesanos Isabel, el cacao sigue un proceso similar: desde la semilla hasta la tableta de chocolate, cada fase debe completarse meticulosamente para lograr un producto final donde cada elemento funciona en perfecta armonía. Así como Hefesto forjó espadas para otros dioses, elaborando con esmero la empuñadura, el pomo, la empuñadura, la guarda y la hoja, en Chocolates Artesanos Isabel se cuida al máximo la producción de cada pieza, garantizando un resultado verdaderamente único.
La obra de arte que he creado en esta colaboración encarna este taller artesanal, esta forja donde el chocolate se funde y se transforma en algo sublime. De ella emergen chorros de chocolate negro, trazos audaces que simbolizan el vertido incandescente de este oro negro gastronómico. Es un homenaje a la alquimia del chocolate, al fuego que lo moldea y a la pasión que lo convierte en arte.
Así como Hefesto trabajó con paciencia y precisión, Chocolates Artesanos Isabel dedica tiempo y esfuerzo a cada creación. Desde el tostado del cacao hasta su refinamiento, cada paso es crucial para obtener un producto que no solo deleita el paladar, sino que también narra una historia de tradición, esfuerzo y excelencia.
La semilla del cacao: el origen de la transformación
El cacao pasa por un proceso fascinante antes de convertirse en chocolate. Todo comienza con la semilla, que germina en condiciones específicas de humedad y temperatura. Una vez que el árbol del cacao florece, su fruto contiene los preciados granos de cacao, que deben cosecharse, fermentarse y secarse antes de poder transformarse en chocolate.
En Chocolates Artesanos Isabel, este proceso se lleva a cabo con un enfoque artesanal. Los granos de cacao se tuestan cuidadosamente para desarrollar sus aromas, luego se muelen y refinan hasta lograr una textura sedosa y suave. Este método , del grano a la barra , garantiza que el chocolate conserve su esencia pura, libre de aditivos innecesarios, permitiendo que cada barra y bombón refleje la verdadera riqueza del cacao.
También quise plasmar en la obra una parte de este proceso, comenzando con una semilla de cacao en plena germinación, símbolo del crecimiento, la evolución y la magia que está por venir, destinada a transformar ese futuro grano en un delicado manjar.
Los vibrantes colores de la obra de arte pueden llamar la atención: transmiten frescura e intensidad. La frescura es paradójica, pues esa forja debe estar increíblemente caliente, pero la intensidad es indudable, pues es lo que experimentamos en cada bocado.
Si bien el enfoque principal de esta propuesta artística es el chocolate negro, la obra no solo representa esta idea, sino también, como se mencionó, la explosión de colores que la rodea. Utilicé tonos rosa, fucsia y magenta porque uno de los chocolates que más me gustaba tenía estas tonalidades. También incorporé verdes claros en referencia al chocolate blanco, envolviendo el elemento central de esta colaboración artística en una vibrante sinfonía de colores que abraza el chocolate negro.
Esta explosión de tonos no solo representa la diversidad de bombones, barras y el sorprendentemente amplio catálogo de Chocolates Artesanos Isabel, sino también la intensidad que evocan estos maravillosos chocolates. Son tan deliciosos que, curiosamente, al comerlos, siento que experimento más colores que solo el negro, quizás por la felicidad que me transmiten. En realidad, cada color refleja una combinación de sabores, texturas y emociones.
El chocolate negro conquistador
En cuanto a los productos, Chocolates Artesanos Isabel me envió cinco barras de chocolate, dos cremas para untar y tres tipos de bombones. Ha sido una experiencia increíble. Ya mencioné las texturas, y es algo que vale la pena destacar: prácticamente cada chocolate tiene una textura distinta, ya sean semillas, frutos secos, especias, frutas... hay para todos los gustos. Lo mismo ocurre con los sabores: otro detalle impresionante es la precisión con la que las descripciones de los productos se ajustan a su sabor; cumplen exactamente lo que prometen, y eso es fantástico porque todos son absolutamente deliciosos.
La sostenibilidad de su producción y su origen en Comercio Justo, con énfasis en la ética y la responsabilidad social corporativa, es un factor que aporta cada vez más calidad al producto y aumenta la satisfacción del consumidor al saber que contribuye a una buena causa. La composición y la descripción de los productos son sencillamente perfectas: sumamente detalladas, tanto en los propios chocolates como en la página web, donde se encuentra aún más información. Me encanta la transparencia y la meticulosidad con la que todo está explicado, lo que refleja una vez más el cariño que Isabel y su equipo ponen en la elaboración de su chocolate.
Por último, quiero destacar lo fácil que es abrir los chocolates y su envase al vacío. Ojalá todos los chocolates estuvieran envasados así. Además, son fáciles de guardar y desmenuzar, aunque da pena hacerlo, ya que las tabletas, por ejemplo, vienen con diseños preciosos.
Ahora pasaré a compartir mi experiencia personal con cada producto, como siempre digo, desde una perspectiva no necesariamente técnica ni profesional, sino natural y profundamente subjetiva.
LAMINEROS BIO&FT Sabores Surtidos : Pequeñas delicias que exploran la diversidad de sabores y colores del chocolate, jugando con las texturas. Mi favorito fue el rosa. Son muy llamativos y elegantes para compartir.
Bombones de Chocolate Surtidos TORINOS BIO&FT – BEAN TO BAR, 40 g : Bombones increíblemente elegantes que ofrecen una experiencia similar a la de los LAMINEROS BIO&FT. Ambos son un detalle precioso para acompañar otro regalo para alguien especial.
BOMBONES Café de grano a barra BIO&FT (Paquete de 6, 50 g) : Una versión de los TORINOS BIO&FT, centrada en la fusión de chocolate y café, perfecta para los amantes del café. Estos bombones ofrecen una intensidad suave, agradable y sofisticada. Sus pequeñas tazas son adorables.
Barra de Chocolate Negro con Especias BIO&FT : Un chocolate alternativo con un toque especiado para quienes buscan algo diferente y delicioso. Incluso si no te convencen las especias en el chocolate, acabarás disfrutándolo porque el chocolate en sí es excepcional.
Barra de Chocolate Negro BIO&FT con Aceite de Oliva Virgen Extra y Sal Marina : La primera que probé y, sin duda, mi favorita. La combinación de chocolate y sal marina nunca falla: es perfecta. Es un placer comerla, descubriendo esos preciosos cristales de sal que le dan una textura deliciosa. El aceite de oliva se nota y combina a la perfección con el chocolate negro. Es el mejor de todos los productos que he probado.
Chocolate negro BIO&FT BEAN TO BAR Perú (75% cacao) : Un homenaje al cacao peruano, con un perfil aromático único. Me sorprendió mucho: tiene un sabor más vegetal y crudo que recuerda al grano de cacao. Te hace querer más, comerlo una y otra vez. De alguna manera, es adictivo.
Barra de Chocolate Negro BIO&FT con Jengibre y Cítricos : La que menos me gustó, ya que no suelo disfrutar de los cítricos ni del jengibre en el chocolate. Aun así, estaba muy buena. El sabor es suave, equilibrado y agradable. Aprecié que no se notara el toque de cítricos ni de jengibre; eso hizo que la experiencia fuera mucho más suave.
Barra de Chocolate Negro BIO&FT 85% cacao : El cacao más puro, extremadamente rico e intenso. Un sabor más maduro y con cuerpo, tradicional pero refinado, ideal para quienes aprecian el cacao en su forma más auténtica.
Crema de Chocolate Negro BIO&FT con 45% de Avellanas y Café Arábica, 200 g : Siguiendo con el tema del café, pero en formato untable. Otra experiencia maravillosamente placentera y deliciosa. No soy muy amante del café, pero la disfruté mucho: es suave y equilibrada, con mucho cuidado para que el café no domine el chocolate. Lo único que cambiaría (no necesariamente un defecto) son las cáscaras de café duras que se añaden: aportan textura, pero alteran la cremosidad. Son bastante duras y pueden ser un poco peligrosas para los dientes.
Crema de Chocolate Negro BIO&FT con 45% de Aceite de Oliva Virgen Extra y Sal Marina, 200 g : La versión para untar de la Tableta de Chocolate Negro BIO&FT con Aceite de Oliva y Sal Marina: simplemente espectacular. Desapareció casi al instante al abrirla. Una crema de chocolate gourmet que podría desayunar sin parar.
Chocolates Artesanos Isabel y La Forja del Cacao
El chocolate, como el arte, es una expresión de transformación. Desde la semilla hasta la barra, desde el lienzo en blanco hasta la obra terminada, ambos procesos requieren paciencia, dedicación y pasión. Si hay algo evidente en Chocolates Artesanos Isabel, es todo esto, además de mucho amor, el catalizador especial que hace posibles estas delicias.
Más allá de todo lo ya comentado, quería destacar el enfoque artístico centrado en el chocolate negro y cómo este cobra un protagonismo innegable en la composición de los productos. Cada chocolate tiene un toque único, pero ninguno eclipsa la prominencia del chocolate negro: ese sabor que uno desea saborear y disfrutar al pensar en disfrutarlo.
Chocolates Artesanos Isabel nos recuerda que el verdadero lujo no reside en la cantidad, sino en la calidad, en el respeto por la materia prima y en la historia detrás de cada producto, todo ello con un nivel gourmet excepcional y ecosostenible. Esta colaboración ha sido, sin duda, la más dulce hasta la fecha y una de las que más he disfrutado personalmente (sin restarle valor a mis otras colaboraciones) debido a mi profunda pasión por el chocolate, inevitablemente mi debilidad, el capricho que más valoro.
Muchas gracias a Isabel, Beatriz y a todos los que participaron en esta colaboración. Gracias por su apoyo y la maravillosa comunicación que nos permitieron hacerla realidad. Ha sido una experiencia fantástica y siempre la recordaré con cariño.